Ella llega sin llamar,
y silenciosamente,
sin que te des cuenta
se habita en su persona,
no le importa como eres
habita en tu cuerpo,
y te lo quita por entero,
sin dejar ni siquiera sus reflejos,
sus ojos miran
desafiando a la muerte
buscando a ese extraño,
tan valiente,
que al entrar se hizo tan fuerte,
tu miedo está ahi ,
intentando congelarlo,
en tu pecho
esperando ese nuevo día,
mirando el horizonte perdida,
pero sin dejar de hablarle
diciéndole que se marche,
pero no te hace caso,
y lo está meciendolo..
dejándolo dormido
en sábanas blancas,
dejándote mirar,
por la ventana,
viendo que gran parte,
de tu vida marcha
preguntándote porqué
no te distes cuenta
y dejastes esa puerta abierta.
D.Autor/ María I Moreno
España Andalucía
En memoria de todo una vida
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